DECÁLOGO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE REUMATOLOGÍA.
By : Unknown
Decálogo de la SER (Sociedad Española de Reumatología) para la fibromialgia.
Decálogo ampliado
La fibromialgia es un
trastorno muy común que afecta, según el estudio EPISER de la Sociedad Española
de Reumatología, a una cifra entre el 2% y el 4% de la población española.
Esto
supone, en nuestro país, más de un millón de personas enfermas mayores de 18
años de los cuales, la mayoría de los afectados son mujeres (90%).
La
fibromialgia se caracteriza por la presencia de un intenso dolor generalizado
crónico, una fatiga que no mejora con el reposo, insomnio y otros síntomas,
como hormigueo en las extremidades, trastornos abdominales, necesidad de orinar
con frecuencia, ansiedad y depresión entre otras.
Un aspecto muy frustrante
para los pacientes es que, a pesar de tanta síntomatología, ni los análisis ni
las radiografías muestran datos de que exista algo que funcione mal en el
organismo.
El tratamiento actual del que se dispone, tampoco es completamente
satisfactorio. Al ignorarse cual es la causa de la enfermedad, se desconoce
cual es exactamente el trastorno al que las terapéuticas deben dirigirse.
Con
todo, la fibromialgia es una enfermedad que puede controlarse.
La Sociedad Española
de Reumatología, constituida por los médicos españoles expertos en las
enfermedades del aparato locomotor, emite este decálogo de consejos, en la
esperanza de que sean útiles a aquellas personas que padecen esta enfermedad.
(Aunque sabemos que no es fácil, trate de seguir estos consejos.)
Acepte el dolor
Las personas con
fibromialgia y dolor crónico pretenden muchas veces encontrar un tratamiento
que elimine rápidamente los síntomas que tienen. Desgraciadamente, esto casi
nunca es posible.
No hay recetas ni píldoras mágicas para la fibromialgia y el
dolor crónico. Por ello, el primer paso para controlarlo es aceptarlo y asumir
que el dolor puede persistir para siempre y que, por tanto, en adelante, va a
formar parte de nuestra vida.
Desde luego, no es agradable pensar que el dolor
nunca nos va a abandonar y muchas personas pueden incluso sentir miedo de no
saber como manejar esta situación. Sin embargo, reconocer la realidad es el
primer paso para conseguir cambiar nuestra vida hacia una situación en la que
el dolor, aún estando presente, no sea el centro de la misma.
Cuando se acepta
el dolor, se aprende a reconocerlo y a saber lo que lo mejora o empeora, y
estamos entonces en situación de buscar soluciones y de volver a disfrutar de
la vida.
Controle sus emociones
La fibromialgia, y el
dolor crónico que produce, cambia con frecuencia nuestras emociones y nuestra
forma de comportamiento.
Muchas personas con esta enfermedad desarrollan
sentimientos negativos que antes no presentaban y que les hacen convertirse en
una persona diferente. Los sentimientos negativos más frecuentes en las
personas con fibromialgia son enfado e ira, depresión, frustración, sensación
de fracaso, culpa y vergüenza.
Es normal que una persona con dolor crónico
tenga estas emociones y sentimientos negativos, pero debe aprender a
controlarlos para que no se cronifiquen y se conviertan en un problema añadido.
En primer lugar, reconozca todo lo positivo que le sucede en la vida: a pesar
del dolor no es un incapacitado y puede hacer muchas más cosas de las que
piensa, tiene amigos y familiares que le aprecian y con los que puede
disfrutar, todavía puede ilusionarse por cumplir sus objetivos personales, su
enfermedad no puede curarse pero puede tratarse y controlarse.
No intente ser
un perfeccionista; nadie puede hacerlo todo bien, y una persona con una
enfermedad menos aún.
Sea realista y plantéese objetivos alcanzables.
Con
frecuencia, para no fallarles a los demás, se hacen cosas que perjudican la
enfermedad y el dolor. Exprese de forma abierta y sincera cuales son sus
necesidades y evitará sentimientos de culpa.
Controle su estrés
El estrés es,
básicamente, la respuesta del organismo cuando afrontamos un peligro y nos
preparamos para luchar o para huir. El cuerpo y los músculos se tensan, el
corazón y la respiración se aceleran, y la presión arterial aumenta.
Sin
embargo, muchos pequeños acontecimientos de la vida diaria provocan estrés que
hacen que las personas se sientan bajo presión y con pérdida del control de la
situación. Este estrés puede venir de circunstancias familiares o laborales, de
problemas económicos o de problemas de salud.
También las actitudes
perfeccionistas pueden generar estrés. La mejor manera de combatir este estrés
perjudicial es, en primer lugar, reconociendo cual es la causa del nuestro, y
evitando las situaciones que lo favorezcan.
También es útil organizar y
planificar nuestras actividades diarias, y dedicar diariamente tiempo a la
relajación. Esta se practica siguiendo determinadas técnicas –como la
respiración profunda o la relajaciòn muscular- que pueden aprenderse con un
corto entrenamiento.
Evite la fatiga
Tan negativo es
permanecer en inactividad, como realizar un número excesivo de tareas.
Si
gastamos nuestras energías intentando cumplir demasiados objetivos, la fatiga y
el dolor aparecerán sin remedio.
Examine cuales son sus obligaciones y tareas
diarias, y valore realmente si no hay un exceso de trabajo en su vida.
No
intente ser un perfeccionista; planee sus obligaciones, y elimine o delegue
aquellas que no sean estrictamente necesarias. Intercale periodos de descanso
entre los de actividad, y haga sus tareas a un ritmo que usted pueda controlar.
Haga ejercicio
Posiblemente es el
aspecto terapéutico más importante para el tratamiento de la fibromialgia.
El
ejercicio no sólo mantiene en forma los músculos y pone a punto el sistema
cardiovascular, sino que disminuye el dolor, favorece el sueño, mejora la
sensación de fatiga y disminuye la ansiedad y la depresión.
Todos estos cambios
positivos sobre los síntomas de la fibromialgia se deben a que durante el
ejercicio se liberan unas hormonas, denominadas endorfinas, que producen los
efectos beneficiosos referidos.
Lo mejor para esta enfermedad es el ejercicio que incrementa la frecuencia cardiaca y el consumo de
oxígeno. Caminar, correr, andar en bicicleta o bailar, son ejercicios aeróbicos
que favorecen el control de la enfermedad. Comienze a realizar el ejercicio de
una forma suave y vaya progresivamente incrementando su intensidad y duración,
hasta realizarlo de 20 a 40 minutos, como mínimo 3 días a la semana.
Al
principio es posible que su dolor se incremente, pero progresivamente irá
disminuyendo. (Procure no excederse, sobre todo al principio, porque puede hacerse daño. Si siente demasiado dolor, descanse e intentelo más tarde, u otro día. Todo ha de comenzar a hacerse poquito a poco.)
Relaciónese con los demás
Con frecuencia es
frustrante para las personas con fibromialgia, la falta comprensión de los
familiares y amigos.
El dolor no es percibible facilmente para los que conviven
con nosotros, y eso puede generar sentimientos de duda, sobre la realidad de la
enfermedad del paciente.
Este, al sentirse incomprendido, tiende a aislarse y
esto perjudica, de una forma importante, el control del dolor. Por ello, la
comunicación con las personas que nos rodean se vuelve especialmente
importante.
Todos sabemos lo que alivia de nuestras preocupaciones, la
conversación con los amigos y compañeros. Dígales a los demás lo que le pasa, y
como no puede hacer siempre las cosas que hacía antes, pero evite que la
comunicación se centre continuamente en su dolor.
Pida ayuda, si la necesita, y
no rechaze la compañía de otros. El apoyo de nuestros vecinos, familiares y
amigos, nos hará mejorar con más rapidez y afrontar mejor nuestra enfermedad.
Proteja su salud
La depresión que el
dolor crónico puede acarrear hace que se abandonen los buenos hábitos de salud,
que sirven para todas las personas, incluidas aquellas que tienen fibromialgia.
El tabaco, que es nocivo para cualquier aspecto de la salud, es también un
excitante del sistema nervioso que hará más dificil que pueda controlar el
dolor.
Lo mismo sucede con la cafeina y el exceso de alcohol, el cual puede
además interferir con su medicación.
Vigile su peso, y haga ejercicio para
mantenerse en forma.
Use con precaución los medicamentos
Muchos de los síntomas
de la fibromialgia mejoran con medicación.
Los analgésicos y antinflamatorios,
que tan eficaces resultan en el dolor agudo, no funcionan tan bien en el dolor
crónico de la fibromialgia, aunque son útiles en muchos pacientes.
Existen
analgésicos más potentes, denominados opiáceos, que pueden ser empleados en la
fibromialgia, siempre que los recomiende un médico experto en su empleo.
Otros
fármacos, como los anticonvulsivantes y los antidepresivos también pueden
disminuir el dolor.
Existen medicamentos que pueden mejorar el sueño, los
trastornos psicológicos, las molestias intestinales, etc…pero, lo más
importante es que la persona que padece esta enfermedad evite el automedicarse,
y se ponga en manos de un médico experto en el tratamiento del dolor crónico y
en el uso de las medicaciones anteriormente mencionadas.
Use con precaución las medicinas alternativas
Como con frecuencia
los medicamentos tienen un resultado solamente parcial, es habitual que muchos
enfermos busquen soluciones en las terapias alternativas. Algunas de estas
terapias mejoran el dolor y pueden favorecer el control de estrés, como el
yoga, la acupuntura, quiropraxis, masaje, Tai-Chi, homeopatía…
La medicina
alternativa puede ser cara, y no está regulada por las guías médicas. Por ello,
se debe recomendar al paciente que consulte siempre con su médico antes de
comenzar cualquier terapia de medicina alternativa, ya que algunas pueden
interferir con el tratamiento estándar o habitual.
Desconfie si le prometen
curación, si le recomiendan que abandone la terapia con medicinas, o si le
dicen que el tratamiento es un secreto y solo puede ser administrado por ciertos
proveedores.
Sea constante
La paciencia es una
virtud importante; conseguir resultados puede tardar algún tiempo.
No lo eche
todo a perder porque tenga un “día malo”. Aunque haya conseguido estabilizar su
enfermedad, los “días malos” inevitablemente aparecerán y debe estar preparado para afrontarlos.
En esos días, salga de casa y relaciónese con los demás (en la medida de lo posible),
mantenga sus compromisos habituales y procure dedicar más tiempo a relajarse.
Mantener con regularidad los consejos que le hemos dado anteriormente es la
mejor forma de seguir controlando su enfermedad.
Fuente: Red Pacientes.
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Dolor,
Fibromialgia,
La regulación del dolor en los pacientes con fibromialgia.
By : Unknown
Los principales mecanismos inhibitorios del dolor en el cerebro parecen no funcionar adecuadamente en los pacientes con
fibromialgia, según han encontrado los investigadores.
Los datos de resonancia magnética
funcional (fMRI) y los estudios por imágenes PET sugieren que el sistema opioide está
involucrado en la patogénesis de la fibromialgia, lo que podría explicar por
qué algunos pacientes no responden o experimentan peores síntomas, a
analgésicos narcóticos, dijo el Dr.
Richard Harris, de la Universidad de Michigan en una
presentación en la reunión del Colegio Americano de Reumatología.
"Hemos encontrado que en los
pacientes con fibromialgia, los principales mecanismos inhibidores del dolor no funcionan correctamente, en concreto, los receptores opioides en el cerebro".
"Lo que encontramos fue un tanto paradójico ya que los pacientes con
fibromialgia o bien tienen muy pocos receptores en el cerebro, o los mismos
receptores cuando se activan causan dolor en lugar de disminuirlo."
Para el estudio, realizado entre 2008 y
2012, Harris y sus colegas reclutaron a 18 mujeres pacientes de fibromialgia que nunca habían usado opioides. Cada participante se sometió a 4 semanas de tratamiento no
farmacológico. Antes y después del tratamiento, cada
paciente se sometió a una exploración fMRI con diferentes niveles de dolor a la
presión aplicada con el pulgar.
Las mujeres también se sometieron a una
tomografía PET de 90 minutos en condiciones de reposo. Luego, los
investigadores analizaron los escáneres cerebrales para determinar qué áreas del
cerebro podrían estar implicados en la enfermedad.
El Dr. Harris explicó:
"El principal resultado fue que
cuando la unión al receptor opioide se redujo, la respuesta evocada cerebral
del dolor subió en regiones cerebrales clave que están implicadas en el
procesamiento del dolor, tales como la corteza insular".
"Esto podría significar que los receptores estaban siendo regulados a
la baja. Alternativamente, el potencial de unión al receptor puede bajar si hay
una liberación de opioides endógenos que compite por los sitios de unión. Si
ese es el caso, entonces la activación de los receptores está actualmente
causando dolor."
El doctor agregó que sus resultados
indican que existe una regulación estricta de los sistemas inhibitorios del
dolor en el cerebro, y en estos pacientes puede estar yendo mal.
Los resultados implican que los opioides pueden no ser la mejor
opción de tratamiento en estos pacientes y pueden
empeorar sus síntomas.
Kathryn Dao, del Instituto de
Investigación de Baylor en Dallas, dijo que los resultados del estudio añaden
al conocimiento de que "la fibromialgia en estos pacientes no responde bien a los narcóticos. Una de las razones es que estos pacientes tienen una alta cantidad de
opioides endógenos y una cantidad disminuida de sitios de unión a
opioides."
Dao, quien moderó la conferencia de
prensa en la ACR donde se presentaron los resultados, explicó:
"Sus receptores están desbordados y ya no tienen receptores libres
para unirse. Estos pacientes con fibromialgia son similares en este aspecto a
los pacientes que tienen dolor crónico".
Vivir con dolor crónico: la lucha diaria con un 'nuevo yo'.
Las personas que sufren de dolor musculoesquelético
crónico se enfrentan a una lucha diaria con su
sentido de identidad y les resulta difícil demostrar la legitimidad de su
condición.
Un nuevo estudio, financiado por el
Instituto Nacional para la Investigación de la Salud, Servicios de Salud y de
Investigación, busca sistemáticamente ayudar acomprender las experiencias de los pacientes que sufren
dolor crónico.
Las preocupaciones destacadas que estas personas con dolor crónico
mostraron fueron:
·
Los pacientes se enfrentaban con la
relación fundamental con su cuerpo, y con el sentido de “ya no soy el verdadero
yo".
·
Una pérdida de certeza para el futuro, y
ser constantemente consciente de las restricciones de su cuerpo.
·
Sentirse perdido en el sistema de
atención de la salud; sintiendo que no hay una respuesta a su dolor.
·
Encontrando imposible "probar"
su dolor; "si parezco demasiado enfermo o no lo suficientemente enfermo,
nadie me va a creer "
Fuente: Red Pacientes
Tag :
Dolor,
Fibromialgia,
FIBROMIALGIA: EL PACIENTE INCOMPRENDIDO
By : Unknown
La Fribromialgia fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad en 1999.
Su principal síntoma es la localización de dolor en múltiples puntos del cuerpo y fatiga crónica.
Sin embargo, por el momento no se ha encontrado una prueba analítica objetiva que permita evaluar la situación de la
enfermedad o su existencia.
Este es el principal motivo por el que los afectados por FM, en ocasiones, padecen un peregrinar por distintos especialistas hasta que les es diagnosticada su dolencia.
La incompresión social y asistencial, así como las dificultades para recibir la baja laboral son otras de las consecuencias.
Esta frase resume la
situación en la que se ven sumidas las cerca de 800.000 personas que padecen
fibromialgia (FM) en España, una patología crónica cuyo principal síntoma es la
localización de dolor en múltiples puntos del cuerpo, además de cansancio
generalizado.
Sin embargo, el
principal problema al que se han enfrentado las personas aquejadas por esta
enfermedad es la“incomprensión”
clínica y social derivada del desconocimiento de la misma.
La fibromialgia no
ha sido reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud
hasta el año 1999 y hasta hace poco no formaba parte de los estudios de
Medicina. A esto ha de sumarse una complicación añadida, esta patología posee
síntomas comunes con otras alteraciones y su origen es desconocido.
Todo ello provoca
que el enfermo tenga que sufrir un periplo de pruebas diagnósticas y visitas a
distintos especialistas hasta que recibe el diagnóstico certero, algo que
incrementa su inquietud, y los costes sanitarios asociados a la enfermedad.
En 1990, el American College of Rheumatology
estableció unos criterios de gran especificidad para la clasificación de la FM,
en función de los resultados de un estudio multicéntrico desarrollado entre 558
pacientes de diferentes edades. Así, según los resultados obtenidos destacan dos
hallazgos críticos para detectar la enfermedad. El
primero de ellos hace referencia al dolor disperso presente en un 98 por ciento
de los pacientes con FM que participaron en la investigación en comparación con
el 69 por ciento del grupo control. Se entiende como dolor disperso aquel que
se localiza en la parte izquierda y derecha del cuerpo,
debajo de cintura y en el esqueleto axial.
El segundo de los
criterios para el diagnóstico de la enfermedad es la localización del dolor
mediante la palpación en 11 de 18 puntos predeterminados de la estructura
musculotendinosa.
Así, el 88,4 por
ciento de los pacientes que en el citado estudio manifestaron dolor disperso
cumplían este requisito. Pero
estos no son los únicos síntomas que incapacitan al paciente con FM. A menudo
estos vienen acompañados por espasmos musculares, rigidez, sensación de
hinchazón mal delimitada en pies y manos y mala calidad del sueño, entre otros.
Además, las personas con fibromialgia suelen padecer con mayor frecuencia
que las que no sufren esta enfermedad ansiedad, depresión, jaquecas, dolores
menstruales, síndrome del colon irritable, sequedad en la boca y trastornos de
circulación en las manos y los pies.
Tratamiento
La fibromialgia, por
el momento, no posee un tratamiento específico. Sin embargo, la aplicación de
una serie de medidas suele tener una repercusión positiva sobre el impacto de
la enfermedad en la vida del enfermo.
La primera de ellas
hace referencia al diagnóstico de la enfermedad, ya que muchas veces la falta
del mismo provoca en el paciente ansiedad. La educación sanitaria juega,
asimismo, un papel fundamental, pues permite al paciente evitar los
factores agravantes de la patología.
Es habitual también
tratar las alteraciones psicológicas asociadas a la misma y aplicar de
tratamientos locales, como infiltraciones,
masajes, el uso de analgésicos y de medicamentos, que aumentan la respuesta al
dolor.
Algunas
investigaciones apuntan a que los mecanismos del dolor del paciente con FM
tienen un funcionamiento anormal, lo que provoca una mayor percepción del
mismo. De ahí que en el tratamiento se incluyan fármacos que aumentan los
niveles de serotonina, que actúan como moduladores del sueño y el dolor. Estos
medicamentos se emplean en bajas dosis y tardan un tiempo en producir mejoría.
Ante las características
de esta patología y su alta prevalencia, el médico de Atención Primaria
representa un papel crucial, pues es quien puede detectar la enfermedad y
evitar que el paciente tenga que someterse a múltiples pruebas diagnósticas de
escasa utilidad para el diagnóstico de la misma. Además, es este profesional
sanitario quien puede aconsejar los hábitos adecuados para minimizar su impacto
y prescribir el tratamiento oportuno.
En ocasiones, se requiere la intervención
del psiquiatra para evaluar y tratar las patologías psiquiátricas coexistentes
con la fibriomialgia.
Costes
Existen pocos
estudios que evalúen el impacto económico
de la fibromialgia. No obstante, la
incapacidad que producen las formas
más agresivas de la enfermedad hace
prever, según los expertos, que la
enfermedad está asociada a unos altos costes
indirectos derivados del
absentismo laboral, así como a elevados
costes directos para los servicios
sanitarios.
En esta línea, un
estudio desarrollado por investigadores
británicos (Psychol Med
2003;33(2):253-61) determina los costes derivados
de la atención en el primer nivel
asistencial a los pacientes con fatiga
crónica y síndrome de fatiga crónica.
Así, el citado estudio reclutó a
los pacientes que presentaban en las consultas de Atención Primaria una inexplicable fatiga crónica y se midió el uso de
los servicios asistenciales
durante tres meses, así como la pérdida de
empleo. Estos datos fueron
utilizados para determinar los costes asociados
a la enfermedad y se compararon los
generados por los enfermos de
fatiga crónica con los producidos por los
que sufrían síndrome de fatiga crónica.
Según los resultados
obtenidos, el coste medio asociado
al uso de los servicios asistenciales y a la
pérdida de horas laborales por
parte de los enfermos con síndrome de
fatiga crónica y fatiga crónica fue
en los tres meses de estudio de 2.632
euros. De éstos, un 9,3 por ciento se
derivaba de los cuidados formales, es decir,
de los prestados por los servicios
sanitarios a estos enfermos. La
utilización de los servicios y el coste medio
generado fue mayor para los
pacientes con síndrome de fatiga crónica
que a los que padecían sólo fatiga crónica
(4.858 euros frente a 1.624
euros). El 90 por ciento de los costes
evaluados se derivó de los cuidados informales
que recibieron los enfermos por parte
de sus familiares y amigos y de la
pérdida de horas laborales.
Los pacientes con
dependencia produjeron costes
significativamente mayores que los que
no eran dependientes.
Baja
laboral
Sin embargo, tal y
como explica Javier Paulino, los
enfermos de fibromialgia encuentran muchos
impedimentos para acceder a una
baja laboral transitoria o
permanente, a pesar de que su dolencia, en
muchas ocasiones, les impide realizar
las tareas más cotidianas.
Y es que la falta de
aceptación de la enfermedad,
los insuficientes instrumentos para su evolución y
la ausencia de una
prueba palpable que determine la
existencia de la enfermedad y su gravedad, tales
como radiografías, resonancias
magnéticas o biopsias, chocan con la
normativa de valoración de la baja.
En este punto, el
presidente de la LIRE considera
prioritaria la búsqueda de sistemas lo más
objetivos posibles que permitan valorar
la situación de los enfermos con FM.
Entre ellos, propone la aplicación del “Fibromyalgia impact questionarie”,
un cuestionario a través del cual se
puede valorar la existencia y
severidad de la enfermedad.
No obstante, Paulino
puntualiza que en los últimos años
se ha avanzado en el conocimiento de
la enfermedad y, tanto entre los
facultativos de Primaria como entre los
especialistas existe mayor sensibilidad
hacia estos enfermos.
Para este experto,
la evolución se debe en buena parte
a la importante labor que han
desempeñado las asociaciones de pacientes, desde
donde se ha luchado por dar a
conocer los síntomas de la enfermedad y
las herramientas para minimizar su
impacto.
“Las
asociaciones de pacientes han
ocupado
y siguen ocupando un lugar
prioritario
en los avances que se están
produciendo
sobre la fibromialgia. Por
ello,
les animo a seguir desarrollando
esta
importante labor en el futuro”,
concluye.]
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Dolor,
Fibromialgia,
LA FIBROMIALGIA NO ES PSICOSOMÁTICA
By : UnknownUn estudio concluye que la fibromialgia no es psicosomática, sino que su causa puede estar en la piel.
La fibromialgia es un término general
para una condición dolorosa que se caracteriza por dolor generalizado del
tejido profundo, sensibilidad en las manos y los pies, fatiga, trastornos del
sueño y deterioro cognitivo, entre otros síntomas.
Debido a que carece de síntomas y
tratamientos constantes, algunos médicos creen que un número desconocido de
casos son psicosomáticos, pero un nuevo artículo publicado en la revista Pain Medicine concluye que la
fibromialgia puede tener una base biológica racional, localizado en la piel.
¿Alguna vez
os han dicho que vuestra dolencia es psicosomática?, ¿qué reacción os ha
producido oir esta afirmación?, ¿creéis importante que el especialista no tenga
esa idea de la enfermedad?
Las pruebas de rutina utilizadas para el
diagnóstico ha sido en gran medida incapaces de detectar una base biológica
para la fibromialgia, así que el diagnóstico estándar en su lugar se basa en clasificaciones subjetivas de
dolor del paciente, elevando aún más preguntas acerca de
la verdadera naturaleza de la enfermedad.
Actualmente la terapia aprobada, que
proporcionan al menos un alivio parcial a algunos pacientes con fibromialgia,
actúan únicamente en el cerebro, donde las técnicas de imagen han detectado
hiperactividad de origen desconocido que se refiere como "sensibilización central". No se ha determinado una causa subyacente, originando a muchos
médicos dudas sobre el verdadero origen o incluso la existencia de la
enfermedad.
Investigadores del Integrated Tissue
Dinámica LLC (Intidyn) de EE.UU y del Centro de Neurofarmacología y
Neurociencias del Albany Medical College, en un estudio realizado sobre la
fibromialgia dicen que han encontrado una justificación biológica, una patología neurovascular
periférica constantemente presente en la piel de pacientes con fibromialgia que puede ser una fuente de accionamiento de los síntomas.
Según dijo el Dr. Frank L. Rice,
Presidente de Intidyn y el investigador principal del estudio:
"En lugar de estar en el cerebro,
la patología se compone deexcesivas fibras nerviosas sensoriales alrededor de estructuras vasculares especializadas ubicadas en las palmas
de las manos".
"Este descubrimiento proporciona evidencia concreta de una patología
específica de la fibromialgia que ahora se puede utilizar para el diagnóstico
de la enfermedad, y como un nuevo punto de partida para el desarrollo de
terapias más eficaces."
Según estos investigadores:
"Habíamos pensado que estas terminaciones nerviosas sólo estaban
involucradas en la regulación del flujo de sangre en un nivel subconsciente,
para regular la temperatura corporal, sin embargo, aquí tuvimos evidencia de
que las
terminaciones del vaso sanguíneo también pueden contribuir a nuestro sentido
consciente del tacto ... y también el dolor."
Para este estudio analizaron las
terminaciones nerviosas, a partir de pequeñas biopsias de piel recogidas de las
palmas de los pacientes con fibromialgia que fueron diagnosticados y tratados
por los autores del artículo.
El estudio se limitó a las mujeres, que
tienen más del doble de aparición de la fibromialgia que los hombres. Lo que el
equipo encontró fue un aumento en las fibras nerviosas sensoriales en sitios
específicos dentro de los vasos sanguíneos de la piel. Estos sitios críticos
son diminutas válvulas musculares, llamados válvulas arteriolas-vénulas (AV),
que forman una conexión directa entre las arteriolas y vénulas.
El Dr. Rice describió su función:
"Todos aprendimos que el flujo de sangre oxigenada fluye desde las
arteriolas a los capilares, que a su vez transmiten la sangre sin oxígeno a las
vénulas. Las válvulas AV de la mano son las únicas que crean una derivación
(bypass) del lecho capilar para el principal propósito de regular la
temperatura corporal".
En los seres humanos, este tipo de
válvulas son exclusivas de las palmas de las manos y plantas de los pies que
funcionan como el radiador en un coche. Bajo condiciones de calor, los tubos
de derivación se cierran para forzar que la sangre llegue más a los capilares
de la superficie de la piel con el fin de irradiar calor desde el cuerpo, y
nuestras manos pueden comenzar a sudar. En condiciones de frío, las
válvulas se abren permitiendo que la sangre circule sin pasar por los capilares
con el fin de conservar el calor, por lo que nuestras manos se enfrían.
Según el co-autor Dr. Phillip J.
Albrecht:
"El exceso de inervación sensorial en sí puede explicar por qué los
pacientes con fibromialgia suelen tener las manos especialmente sensibles y
dolorosas. Pero, además, dado que las fibras sensoriales son responsables de la
apertura de las derivaciones, se convertirían en especialmente activas en
condiciones de frío, que son generalmente muy molestas para los pacientes con
fibromialgia".
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Fibromialgia,